Liliana Satentur
Liliana Satentur es psicóloga (UBA) y como psicoanalista lleva años de atención y experiencia clínica con niños, adolescentes y adultos. Trabajó en la
Dirección del Menor y la Familia de la Provincia de Bs.As. Su interés personal por el teatro la llevó a coordinar un dispositivo de Psicoteatro en diversas instituciones de salud mental como el
Hospital Borda (Servicio de Hospital de Día) y la
Clínica Psiquiátrica del Dr. Matera.
Con el correr del tiempo fue imponiéndose su necesidad de profundizar la formación en psicoanálisis de orientación freudiana-lacaniana, lo que dio lugar a su vasta experiencia tanto en la práctica clínica de consultorio privado como a su cargo de admisora, coordinadora y supervisora de servicios de las prepagas
CAIP y
ASAM por más de 20 años.
A partir de nuevas consultas comienza a formarse en coordinación de grupos de trabajo. Actualmente es consultada por instituciones, empresas y emprendedores en el área de grupos en el ámbito laboral.
Desde el año 2015 integra el colectivo
Psicoanalistas Autoconvocados, en una nueva apuesta junto a otros colegas de trabajar la relación e intersección entre Psicoanálisis y Política.
Además de su profesión, disfruta felizmente de ser madre y más recientemente, abuela.
EL EMPRENDEDOR DEPRIMIDO
Esta comunicación la realizo a los efectos de compartir con Uds. algo que viene sucediendo en el campo de la Salud Mental y que no deja de ser un síntoma de época. Lo denominaré: EL EMPRENDEDOR DEPRIMIDO.
Mi tarea como psicoanalista me llevó a ocuparme de muy diversos padecimientos. La depresión, obviamente era uno de esos cuadros psicopatológicos que estudiamos y atendimos desde siempre, pero en la actualidad, esta patología ha crecido en forma exponencial. La depresión y el miedo.
Lo que trato de puntualizar es lo siguiente: no veo en el presente del consultante depresivo algo como en los comienzos de mi práctica clínica que dependa tanto de la variable individual psicopatológica. Hoy aparece muy marcadamente en los sufrimientos que escuchamos, un derivado del contexto social actual. Los estragos devenidos de una nueva construcción subjetiva que se impone día a día: el sujeto neoliberal.
Y de qué se trata?
El neoliberalismo obedece a la lógica del libre mercado, creando subjetividades que responderán con comportamientos construidos desde esa lógica. Se apropia de un orden. Instala una manera de ser y de pensar.
Así llegan con su padecimiento:
Individuos que compraron este discurso neoliberal y ya se ha hecho carne en ellos. Es comprobable clínicamente cómo esta construcción de subjetividad obró a la medida de los valores y
creencias del tan mentado y escuchado: Tú puedes!! Ejércitos de EMPRENDEDORES DE SÍ MISMOS al decir de Jorge Alemán, que van intentando, fracasando y cayendo en la depresión.
Consecuencia de un achicamiento del Estado, políticas de exclusión, flexibilización laboral.
El Mercado es endiosado y llevado al nivel de la Creencia.
Se confía en él con mecanismos evangelizadores, en otra comunicación me referiré a este tema en especial. Son efectos muy estudiados por el psicoanálisis y los encuadramos bajo el término: SUGESTIÓN.
Siguiendo con lo que intento transmitir, este sujeto neoliberal emprendedor de sí, queda desregulado de un entramado intersubjetivo al lanzarse solo o habiendo sido lanzado de algún desempeño laboral.
DESMENBRADO así del tejido social, el lazo social, que aclaro, es imprescindible para orientarnos en la vida. El sujeto al que nos referimos, se quiebra, queda des/sujetado. Vale aclarar que el término: SUJETO proviene justamente de estar sujetado necesariamente. Como condición de posibilidad para ser.
Se instala aquello de: cada uno es capaz de lograr su bienestar trabajando en algo que lo haga FELIZ.
Así llegan a la consulta, sujetos deprimidos que no logran llegar a los objetivos aparentemente auto impuestos. Que no pueden sobreponerse al fracaso. Sienten que no sirven, que no están a la altura de las demandas de hoy.
Muchos llegan después de haber perdido un trabajo, pero otros, renunciando a empleos con la expectativa creada de
obtener mejores resultados en emprendimientos personales con la idea de salirse de un trabajo formal y aspirar a algo así como: YO SERÉ MI PROPIO JEFE.
La primera intervención psicológica es la siguiente: no todo el mundo puede ser emprendedor. Se necesita de un Yo lo suficientemente fuerte para llevar adelante una tarea de la envergadura del emprendedurismo. Además de las competencias propias del emprendimiento del que se trate. Los conocimientos, marcas e historia familiar que den cuenta del lanzamiento en este terreno de lo laboral, reglas del mercado, capital inicial, manejo de las finanzas.etc., no es el caso de analizarlas acá, no es mi campo de conocimiento. Las menciono a modo de observar en el berenjenal de temas que el emprendedor hasta ahora optimista, no evaluó, no tuvo en cuenta.
Otro aspecto a mencionar es la pérdida de vínculos que sí estaban en los trabajos formales. Al salir del entramado institucional, se presentan con escasa capacidad de generar trabajo en equipo. Tienen muy grabado en esa construcción subjetiva que el esfuerzo es individual y por lo tanto el éxito, advendrá por añadidura. Todo lo que se esforzaron tendrá sus frutos…. sin caer en la cuenta que uno no se salva solo. Hay una trama de lo institucional que garantiza a los sujetos la posibilidad de realizar un proceso psicológico muy importante para la salud psíquica. Se trata de poder depositar en la Institución ansiedades muy primarias. Muy estudiado Psicología Institucional. La Institución funciona como el depositario de
ansiedades psicóticas. Es interesantísimo el tema. Sólo lo menciono para que se entienda que es un aspecto que también evalúo a la hora de determinar si esa persona tiene las competencias necesarias o no para mandarse solo en un emprendimiento o si para su salud psíquica, sería mucho mejor que continúe su búsqueda laboral dentro de ese campo institucional ya sea estatal o privado.
Como se puede deducir de lo hasta ahora expuesto, mi interés está en entrecruzar dos variables: emprendedurismo y depresión.
Motiva mi análisis los relatos escuchados en consultantes y pacientes ya sea en forma individual o grupal.
Para el psicoanálisis, la salud mental es una manifestación de la subjetividad en una época determinada.
Cuando un sujeto comienza a poner su sufrimiento en palabras, además de la personalidad y el cuadro psicopatológico o trastorno que lo aqueja, tenemos en cuenta el contexto. Su historia, su marco psicosociocultural. En el caso por caso, se verifica cómo lo político, lo económico y lo social incidieron en la conformación subjetiva.
Así llega EL EMPRENDEDOR DEPRIMIDO, relata que él no pudo. No alcanzó lo que la sociedad moderna espera. Habiendo internalizado el modelo, ahora le cuesta adaptarse a no ser y no tener. No pudiendo llegar a ese ideal, se deprime. Se siente responsable de sí mismo en grado sumo. SUJETO DEL RENDIMIENTO como es dado en llamar. Se supone libre de un dominio externo. Dueño y soberano de sí mismo. Así
decidió ser empresario, emprendedor, él mismo ejerce una presión sobre sí con el fin de responder a los objetivos que se trazó.
Esto genera en la mayoría de los casos un stress, un agotamiento y por lo tanto una caída en la depresión.
Esa presión por el rendimiento, no sentirse a la altura de lo esperado, el sentir que ya no formará parte de la tan mentada MERITOCRACIA , hará que caiga en la enfermedad: la depresión.
Son personas intransigentes con sus logros y fracasos. Sin embargo, aquello que se autoimponen, no son otra cosa que mandatos inoculados por el discurso hegemónico que emana de él. Es el deber ser que se traduce en: debes ser rendidor, eficaz, competitivo.
Se termina agotando y este agotamiento lo lleva a los episodios depresivos.
Para nosotros, me refiero a los psicoanalistas comprometidos con una ética del sujeto, la preocupación está en desentrañar y resquebrajar semejante producción de subjetividad. Nos preocupa y nos ocupa. La abordamos para dar cuenta de lo que vemos en nuestra práctica, hoy. Somos muchos los colegas preocupados por esta realidad que se nos presenta y no sólo queremos describirla sino transformarla para que estos padecimientos no sigan causando estragos.
Ubicarnos para hacer pensar al sujeto y/o grupo que padece estas circunstancias, marcando que no es responsabilidad única de cada quién.
Desde Psicoanalistas Autoconvocados estudiamos, debatimos y concientizamos. Es necesario seguir adelante creando dispositivos de ayuda para atenuar tanto sufrimiento.
Lic. Liliana Satentur
Psicóloga UBA
Perteneciente a Psicoanalistas Autoconvocados