Agustín Alejo Becchio
Licenciado en Psicología de la UNLP.
Psicólogo clínico y concurrente del Centro de Atención Psicoanalítico Platense (CAPP)
Lector apasionado de la obra de Lacan y Miller
Email: becchioagustinalejo@gmail.com
El Psicoanálisis y las videoconferencias: una perspectiva de abordaje del cuerpo desde la ultimísima enseñanza de Lacan en el siglo XXI
El presente escrito tiene por propósito plantear algunas cuestiones en relación al recorrido que Jacques Lacan realizó alrededor del concepto de cuerpo, y la importancia que éste concepto adquiere para el Psicoanálisis. Luego de introducida esta cuestión, haremos luego foco en las posibles argumentaciones de aplicar el Psicoanálisis, hacia lo que actualmente en nuestro tiempo está tomando auge con las llamadas "Terapias online". Sostenemos que el cuerpo es un concepto transversal presente tanto en las posturas a favor como en contra de las terapias online.
Considero el tema presentado, crucial desde la formación que me atraviesa, para intentar –si bien no dar una respuesta que clausure un posible debate- al menos generar en cada uno la necesidad de interrogarse al respecto de si hablamos de Psicoanalisis al momento de reibir a una persona en modalidad online -o si estamos frente a otra cosa-. Entendiendo a esta última como aquella sesión que se desarrolla en alguna de las tantas ofertas de plataformas que ofrecen videoconferencias utilizando la conexión de internet, con un tiempo medianamente estipulado y encuentros semanales frente a una persona que estará "del otro lado de la pantalla", y que se encontrará en iguales condiciones ante un profesional.
Por un lado, encontramos aquellas posturas de quienes sostienen que gracias a los programas que permiten realizar videollamadas online –como es el caso de Skype-, estamos ante un medio inédito que facilita la circulación de la palabra –considerando la importancia que esta adquiere en el Psicoanálisis- atravesando distancias geográficas y temporales. Hay quienes también sostienen que por este medio es posible sortear inhibiciones que surgen en el encuentro cara a cara con un analista.
No obstante, esta es una posición un poco arriesgada, que podría acarrear el equívoco de que el Psicoanálisis es sólo una cuestión de palabras. Se podría pensar que este tipo de terapias online se guía en la dirección de la eficacia simbólica. Ya es por demás conocida el giro que la postura misma de Lacan ha ido tomando a lo largo de su obra en relación a los registros de lo imaginario, lo simbólico y lo real: si bien en un comienzo hubo un énfasis en la dimensión del registro simbólico en oposición al registro imaginario, hacia el final de su vasta obra nos encontraremos un énfasis en la dimensión real, hasta arribar a una equiparación de los registros en el desarrollo del nudo borromeo y sus anudaciones y desanudaciones.
Por otro lado, nos encontramos frente a otra postura de quienes sostienen que sin la presencia física del analista no es posible una experiencia plena en Psicoanálisis, considerando la importancia que adquieren todos aquellos elementos no-verbales que forman parte de una sesión en un consultorio: gestos, silencios, presentaciones y saludos, etc.
Antes de continuar con el desarrollo, se hace necesario abrir ciertos interrogantes, que en parte permitirán orientar al lector hacia los aspectos en lo que haremos hincapié.
En primer lugar, tanto en una como en otra postura ¿Se trata del mismo cuerpo? Este interrogante será fundamental para realizar un contraste entre ambas posturas, ya que no es lo mismo considerar al cuerpo en una dimensión predominantemente imaginaria/simbólica, constituido a través de una pantalla (en este caso el ordenador), tal como fue planteado por un primer Lacan en el Estadio del Espejo; que en cambio considerar al cuerpo en su dimensión real de cuerpo vivo, o carne –concepto tomado de Husserl por Jacques Alain Miller, para referirse a aquél cuerpo real que no se deja captar por la dimensión imaginaria y simbólica, imposible de acceder por la conciencia-.
Entre ambas posiciones, podemos encontrarnos frente a distintas concepciones del cuerpo: por un lado el cuerpo del Estadío del espejo, cuerpo imaginario como ilusión de completud y sede de las pulsiones parciales organizadas en cierto modo alrededor de una “unidad” coherente; por otra parte un concepto del cuerpo más solidario con la enseñanza de Lacan del seminario 11, un cuerpo mortificado por la incidencia o el “baño” del lenguaje, que lleva la marca del Otro. Éste es el cuerpo de la falta, el cuerpo del sujeto en su falta en ser por efecto de la palabra. Es una noción de cuerpo a la que se ve llevado Lacan a postular, como salida a uno de sus problemas teóricos en relación a cómo armonizar el campo de la pulsión
con el del lenguaje: a la altura de este seminario, la pulsión ingresará de cierta manera gramaticalizada, a la manera de una cadena significante. El campo de lo pulsional ingresa en este período de la enseñanza de Lacan en la forma del objeto a. El objeto causa de deseo, perdido irremediablemente, nos introduce a una falta en ser, y bajo esta perspectiva la práctica analítica se rige en la articulación significante dentro del campo del Otro.
En el seminario 19, Lacan nos guía hacia un punto de inflexión entre su última y ultimísima enseñanza, planteando que es el analista en cuerpo quien instala el objeto en lugar de semblante, siendo la razón por la cual hay discurso analítico: ofrece su cuerpo, su presencia como operador y “marca”, del lado del signo y no ya de la interpretación exclusivamente. Éste brinda las condiciones para alojar un exceso de goce del sujeto: permite en el lugar de semblante del objeto a, captar algo de aquél goce singular imposible de nombrar, que no pasa ya por la vía del Otro, sino del Uno del significante; no pasa por la dimensión simbolizable del goce, sino por una dimensión que sólo es presencia y cuyo único testigo es el cuerpo en carne del analista (lo vivo del cuerpo).
En el mismo seminario, Lacan nos dirá que la importancia de la confrontación de cuerpos dentro de un análisis, relega a lo que se dice en el mismo a un segundo lugar.
Una escansión definitiva en una elaboración del cuerpo tal como la pensará en una ultimísima enseñanza, se produce en el seminario 20, donde Lacan sostiene que "el cuerpo es algo
que se goza" refiriendo a una sustancia gozante, agregando que "no se goza sino corporeizándolo de manera significante". Miller en su conferencia de Rio de Janeiro en 2016, señala este giro de la concepción del cuerpo hacia lo Real, marcando un pasaje de Lacan en este mismo seminario: "Lo real […] es el misterio del cuerpo hablante, es el misterio del inconsciente". Podría pensarse como un punto de inflexión hacia lo que se considerará una ultimísima enseñanza de Lacan.
Lo que la ultimísima enseñanza de Lacan nos introduce tal como lo presenta Miller, es la dimensión del cuerpo del parlètre, en su materialidad viva, el cuerpo del goce, en su singularidad. Las consecuencias que resultan de este cambio de posición –que consta de vivir la pulsión más allá de la mortificación-, es que frente al goce, no existen dos cuerpos iguales. Concepción del cuerpo opuesta a como lo entiende la ciencia, cuerpo que es excepción a una regla o ley universal de como es entendido por ejemplo en la biología, cuerpo medible y cuantificable.
Retomemos un fragmento de la clase VI del seminario de Miller “El Ser y el Uno” cuando explica que hay un elemento determinante en la eficacia del psicoanalisis: es preciso que el terapeuta (…) ponga en juego su cuerpo y ofrezca al sujeto (…) una marcación sobre su propio cuerpo (…). Es preciso permitir una intersección, un cruce entre el sujeto y el cuerpo. Cuando hablamos del Uno-todo-solo, nos referimos a un nuevo estatuto del significante, que remite a una causa material, aquella que determina la eficacia del psicoanalisis: se trata de
una concepción del significante, que ya se aparta de la retórica del significante –y sus efectos de significación, metáfora y metonimia-, elaborado por Lacan en “La instancia de la letra”. Retomando a Miller: “El significante al cual Lacan atribuye la eficacia de la operación analítica hacia el final de los Escritos, es el significante, en tanto se encuentra separado de la significación”
La consecuencia de este nuevo estatuto del significante, es un nuevo estatuto del goce, estatuto que incluye al cuerpo como causa material, marca o acontecimiento de cuerpo.
La ultimísima enseñanza, tal como podremos ubicarla a partir del seminario 23 en adelante, de lo que se trata es del cuerpo de goce como sustancia gozante, pensando en una tercera sustancia distinta de las planteadas por Descartes –sustancia pensante y extensa. Aquí estamos ante el cuerpo de lalengua y no del lenguaje. Está hecho para gozar y no para decir: cuerpo que resuena con el goce del Uno en su materialidad significante, y no se cierra al saber de la palabra sobre lalengua y la equivocidad del sentido.
En contraste con un Sujeto y el cuerpo (mortificado) predominantemente del registro imaginario y simbólico, lo que la ultimísima enseñanza propone es al cuerpo del Parlètre en tanto real, vivo e indecible por medio del lenguaje. Es necesario recordar que cuando hablamos de sujeto, nos referimos al sujeto cartesiano, que como tal no es una sustancia, sino un vacío, representado por aquello que el Otro pueda significar en tanto significante de una cadena, que no remite a un objeto,
sino a otra significación. Esto está en contraste con el saber supuesto al que al analista se lo cree poseedor en una enseñanza posicionada desde un inconsciente transferencial: la posición del analista desde una perspectiva del inconsciente real, no se sitúa en la busqueda de la interpretación significante, sino de constatar el goce en juego que aparece en aquellos fenómenos que demuestran la impotencia del lenguaje. Se busca realizar una lectura de una satisfacción que aúne el goce singular, entendiéndolo como goce de la vida, positivo.
Se hace necesario a partir de esto, entender al Psicoanálisis como un espacio distinto del de una psicoterapia, ya que dentro del mismo se trata de la emergencia y el encuentro con una singularidad, que emerge como l’unbevue, como el “esp de un laps”, un goce de la iteración y no de la repetición. Un goce que no se pliega a las leyes del mercado (entendiéndolo como discurso del Amo del siglo XXI), como fenómeno global de consumo en masa cuyo efecto es un intento de homogeneización de goces: detrás de éste, rige un imperativo de felicidad a través del consumo, y una de las consecuencias de ello es encontrarnos todos iguales frente al consumo.Y es por esto que hay que ser muy precavidos a la hora de insertar el Psicoanálisis -tal como lo entiende la ultimísima enseñanza de Lacan- dentro del circuito del mercado y las demandas que éste genera en su masividad.
Lo importante de ambas posturas puede rastrearse en el señalamiento que Miller hace en su curso de Sutilezas
analíticas, al rescatar la particularidad del discurso analítico. Aquí, nos muestra que Lacan apuntó a una lengua especial para los psicoanalistas, una lengua cifrada que no es la lengua del Otro: tal como puede prestarse al equívoco si tomamos a la ligera el uso de la internet para realizar sesiones online. Se trata en cambio, de una lengua aislada del discurso del Amo: una crítica banal que se realiza de esta posición, es aquella que marca un cierre del Psicoanálisis a la sociedad –como si de una secta se tratara-, con un vocabulario y praxis cerradas sobre sí. En cambio, lo que se manifiesta en estos casos al parecer de Miller –quien remarca con fervor en este curso su posición contraria a la disolución del lenguaje y los ideales del movimiento analítico-, es una infiltración del discurso del Amo facilitada por los avances de la tecnología en la ciudadela del discurso analítico. Se hace entonces necesario hacer surgir el Uno que dice que no: el Uno que le dice no-todo al lenguaje del Otro.
En la clase 2 de este este seminario, retoma una distinción realizada por Lacan entre un verdadero Psicoanálisis, y uno falso. El primero se encontraría del lado de lo singular del goce, de la contingencia: aquello que se sostiene en un encuentro y no se deja captar por la norma de todos. Por otra parte, un falso psicoanálisis es aquel que en opinión de Lacan, se pone en el camino de la norma y tiene por objeto un ideal de salud mental que responde a un todos por igual: aquél que se rige en su quehacer por el beneficio terapéutico que trae. Es en este segundo camino donde ubicaremos a aquél llamado
psicoanálisis de modalidad online. Uno puede desde esta modalidad, apostar a una dirección de la cura que apunte al alivio de la mortificación (beneficio terapéutico).
Para concluir, el imperativo que esta posición exige –que podría pecar de ortodoxa si se toma a la ligera como una no-apertura a los avances de la tecnología-, es revisar qué valor toma el cuerpo aquí, antes de ofrecer la carne sin más a las leyes del sistema, el cual opera como “picadora de carne” del Uno en pos de la homogeneización y el pliegue al saber del discurso del Amo. Nos encontramos ante el impasse de revisar las consecuencias que el movimiento de expander la práctica al universo de internet implica, antes que sacrificar sin más la sustancia gozante del cuerpo vivo que nos presenta el parlètre en la ultimísima enseñanza de Lacan. Dejar de lado el Inconsciente Real, en favor del cuerpo mortificado y el sujeto en falta, del inconsciente transferencial tal como nos presenta Lacan en una enseñanza clásica. Si bien una enseñanza no desecha la otra, es preciso tomarla críticamente considerando lo que la ultimísima enseñanza de Lacan nos muestra respecto del cuerpo.
Es por ello que he tomado el concepto de cuerpo y cómo este ha cambiado a lo largo de toda la enseñanza de Lacan, para intentar de algún modo mantener un punto de tensión que interrogue la práctica psicoanalítica en aquellas encrucijadas y direcciones que la misma se encuentra al momento decidir tomar parte de los avances de la tecnología.
Bibliografía
Jaime Bacile, Eliana y Cura, Virginia Liliana. (2015) “El cuerpo del analista. Presencia en-cuerpo” en VII Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología. XXII Jornadas de Investigación XI Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología -Universidad de Buenos Aires, 2015.
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Lacan, J. (1971) El Seminario, libro 19, …O peor. Buenos Aires: Paidós.
Lacan, J. (1972) El Seminario, libro 20, Aun. Buenos Aires: Paidós.
Miller, J-A. (2005) El Otro que no existe y sus comités de ética. Buenos Aires: Paidós.
Miller, J.-A. (2011) Sutilezas analíticas. Buenos Aires: Paidós
Miller, J.-A. (2011) El Ser y el Uno, Inédito.
Miller, J-A. (2014) El ultimísimo Lacan. Buenos Aires: Paidós.
Miller, J-A (2016) Habeas Corpus. Intervención pronunciada por J.-A. Miller en la clausura del Xº congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, “El cuerpo hablante. Sobre el inconsciente en el siglo XXI”, Río de Janeiro, 25-28 de abril de 2016
Sanchez, Blanca “El cuerpo y los tres registros” en Revista Enlaces n° 20