Analía Alonso
Tengo 34 años. Nací en Paraná-Entre Ríos, entrada en la adolescencia me mudé a Federación -en la misma provincia. Estudié en La Plata, entre el ´98 y el ´05. Me recibí de Lic. en Psicología, el título que ha sido la excusa para enamorarme del psicoanálisis. Actualmente vivo en Fernández Oro, es una ciudad chiquita muy cercana a Neuquén capital. Trabajo como psicoanalista en el Juzgado de Familia de Neuquén y en consultorio. Escribo desde siempre... es otra de mis pasiones.Herejes
Venían cansados y eufóricos,
sabiondos e imprecisos.
Entre la ilusión de él y el descreimiento de ella
una noche cualquiera se desencontraron,
en una diagonal.
Él, con su mirada despejada,
fue sorprendido en sus azabaches profundos,
los de ella.
Se agarró del remarcado exagerado de su
delineador berreta, y se zambulló.
Vivió la revolución amorosa como una partida,
para ella fue un punto de llegada.
Se desencontraron en baños, plazas, zaguanes y terrazas;
no cesaban de perderse.
Él solía inesperarla fuera de la facultad;
llegaba temprano, para prorrogarla en sus olvidos;
ella lo desesperaba, desatenta,
confiaba en su impuntualidad.
Se entregaron, se sustrajeron
Se descompletaron, se interrumpieron.
Se amargaron, se evadieron.
Él era la mitad que a ella le sobraba,
ella, su descomplemento.
Lo efímero del amor impuro que los desunió,
los destinó a un desencuentro permanente
que los mantuvo desalertados
de un final pasado, pisado
del que se ríen en cada desayuno
ingerido –insistentemente- a la hora de almorzar.