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2024
México
Gloria Patricia Aceves Ramos Pérez
Escritora mexicana.
Estudió teatro en el primer grupo experimental de la Universidad de Guadalajara  bajo la dirección de Gabriela Araujo.
Cursó la licenciatura en Letras de la Universidad de Guadalajara.
Se dedicó a la docencia.
Estudió en  Sogem, poesía, redacción, y promoción lectora.
En el 2010, publica su primer libro de cuentos titulado “Rosalía”
Del 2011 al 2013 incursiona en los medios de comunicación con el programa de radio por internet llamado Polvo y Ceniza, con una propuesta cultural. Lo que detona para que inicie cómo colectivo del mismo nombre abarcando literatura, teatro y un sello editorial.
En el 2012 retoma la dramaturgia y dirección teatral con la puesta en escena “Voces Muertas” cuyo tema son los feminicidios en ciudad Juárez Chihuahua. Teniendo temporada del 2013 al 2015 en los meses de noviembre y diciembre.
Ha impartido talleres gratuitos de actuación dentro de su grupo Polvo y Ceniza Teatro. También ha dado talleres de poesía en donde propone un nuevo método para la creación de la misma, usando técnicas teatrales para inducir a la escritura creativa.
Fruto de un taller poético en el 2014 se publica la antología “Siluetas  clandestinas Deseos de papel.
En este mismo año, publica su segundo libro de cuentos Titulado  “Imágenes Derretidas”. Y decide incursionar en el campo editorial creando Polvo y Ceniza Editorial. 
Ha publicado cuento  y poesía  en revistas locales.
Ha participado en tres antologías y prologado  varios libros de autores locales y un autor chileno.
Fragmento de la obra teatral "Voces Muertas" que aborda el tema de los feminicidos ocurridos en Ciudad Juárez, Chihuahua, México

Monólogo de Mayté

Aun lo veo, aun lo siento, mi enojo, el miedo, este dolor que no se va. Las lágrimas  con sabor a   sangre que invadían mi cuerpo y pensamientos.
Mi  blusa, que  arrancaron aquellos  cobardes aunque   yo lo impidiera,  ellos eran  cuatro, luché con  todo mi  coraje,  no  conseguí  defender  mi  ropa,  ni mi  vida,  y menos  mis  anhelos, mis deseos  de tener  un futuro,  un lugar en este  mundo para   existir.
Poco a poco se   apagaba mi vida con cada golpe que   sacudía mi cuerpo.
Supliqué  para que  me   dejaran  seguir, pero  creo  que esto los   excitaba más,  al  escuchar mis   gritos  ellos se   enfurecían,  brillaban  con mayor intensidad   sus ojos  y  al  ver   correr mi  sangre,  uno  de   ellos  se   abalanzaba a morderme.
Me escondí  dentro de mí,  en  un lugar   en  donde no me   alcanzaban los  golpes   que recibía  mi  vientre,  ni  sentía  el  estallar  de  mis labios  bajo los puños criminales. En  donde mis  senos se  insensibilizaban  ante los  constantes  ataques con  dientes y navajas, y  entonces  pretendí  que  no  me  importaba  mi  desnudez. Despacio, casi imperceptible, lloraba,  pero  no  era  tristeza,  no, era angustia  por  no  despedirme   de  mis padres, de mis flores, por   haber dejado  desacomodados los libros  en cuarto  al  salir  de  prisa  por la  mañana  para   llegar

a trabajar  puntual. Sentí pena por mis compañeras de   trabajo cuando descubran que no iré más a la   fábrica. Todas  sabemos que cualquier   día  puede  ser   el  último,  el  último  café, la  última  sonrisa, la  vez  última de  ver a  nuestros   hijos, hermanos, esposos. Por   eso  cada que termina  un  turno, por  un  instante  en  el  ambiente  flota  la  tristeza,  nos despedimos unas  a  otras  regalándonos miradas de cariño. Caminamos despacio,  como queriendo prolongar   nuestra   salida   de la fábrica, puesto  que  afuera   ronda  la  muerte , es   algo  conocido por  los  que  el  destino nos marcó viviendo  aquí  en  ciudad  Juárez.

La   sangre  que  daba  vida   a mi  cuerpo se va esparciendo por  el suelo, la arena  la   devora,  veo mis  manos  mutiladas no  existe más mi  cabello  castaño  que  cada  noche  me esmeraba   en  peinar.
A poco  se  oscurece   dentro  de  mí,  ya no me   siento  segura   ahí. Que ingenua   fui  hoy  al sentir que  no pasaría esto  con migo,  que  no me   asesinarían  como  a  tantas  otras  mujeres. Si  solamente  fui  a  trabajar,  quería   ahorrar lo  suficiente  para   alejarme   de esta   ciudad  maldita   y  llevar   a  toda  mi  familia  y   buscar un lugar   en donde  lo  común  no  fueran los  secuestros, los   cárteles, las   violaciones, la  impunidad. Solo 6 meses   faltaban para lograrlo.
Salí  a  la  calle,   no  amanecía, al  bajar   del  transporte, observé  sombras  detrás de mí, escuché voces   ahogadas,  risas,  intenté  correr,  pero no  lo  conseguí  me  atraparon  unos   hombres,  y desde  el  amanecer  me han  estado  mancillando.

Ya es de noche, sé que   no tardaré en morir lo siento como un alivio. Mi blusa es un tirón de   tela escurriendo dolor de injusticia. Mi recuerdo no  va  a  desaparecer   de la  memoria de  mis padres,  de  mis  amigos   y   de   ti,  no  si dices,  si  gritas   al  mundo  que   yo morí  y   no  debí  de  hacerlo,  si  sólo  busqué  una  manera digna de vivir. Haz  que este  feminicidio  sea   el  último igual  que esta  lágrima   que   derramo  hoy,  igual  que esta injusticia que  conmigo  se  cometió.

1
La   ventana   que mira
El  adiós  que  apenas  inicio
Es la misma  ventana  que  recibió  la luz
De la  sombra   que  viene  conmigo.
La tarde   ya posada sobre los follajes,
Enumera  tristezas por iniciar el  separo.
La  ventana  alegre  que cruje
Que mira  en el  vapor  de la 1:30
Habrá  de permanecerse
Y yo,  lentamente,  inquebrantablemente,
Tácitamente,  la  dejaré  aquí
A  que mire mi  maleta cargada  de llaves
Salir  y no  volver a dejarse  colgado
Este  suspiro  de  ruptura.
El mismo que antes  deambulaba
A las 4  de la tarde.
Te  quedas  ventana,
Quebrando  los  días,  coherencia  del  espacio.
Filtro  de la luna   que  se pegaba al muro.
No   te quites  el recuerdo  de este amorío insano,
 No  borres la  tierra   de mis  manos sembradas con la lluvia.
¡Ventana, mírame,  no te permitas olvidarme!
Desde  mi puerta  principal
Puedo  ver  tu  sepulcro.
Durante  el ocaso acomodo
Mis  esperas  junto a la  entrada
Y me   siento  a   contemplarlo.
Ya  ha  crecido  el pasto,

La  señal  que puse  para  saber  en  dónde  estarías
Alguien la llevó  entre las pertenencias  de
Sus inquietudes.
El  viento  te  llama con  quedas  canciones
Y los leves pasos  de la  gente
Tranquilizan  la  añoranza.
A  veces  me da  por llorar, 
Casi  siempre  elijo pensar en
La mañana fúnebre,
y todo el  aire roto  de mis uñas.
El  caer  en locas ideas  de
Despertar, casi  siempre
prefiero derretir  en  complicidad 
Con la  calma,  el  silencio 
De mis lágrimas desabrochadas.
Frente   a la puerta  de mi morada
Está tu  sepulcro,  junto  a  un árbol
En medio  de la  vida de los  caminos
De la  historia  que un día  se  cruzó  conmigo
De los miedos  reconciliados
En las miradas  de ausencias.
Frente a mi puerta veo tu  espera
Quietamente finjo entender.
Mi  iré hoy.
¿Quién  entonces  aquí  se posará  cada
Tarde, cada lluvia,  cada   triste  canción?

MI FANTASMA   ROTO
Pedían  tres  monedas  por  ti, y   no pude   pagarlas.
Cuando  te   vi, me  conmovió tu silencio,  tu  vista  escondida,  tus  manos   que   se   despedazaban como  prenda  dañada,  como sol  sin mundo. 
Querían  que   dejaras  de pertenecer  a   un sistema en  el  que   nadie  permanecería   contigo,  el tiempo  empezó a   destejer   tus   sueños,  tu llanto,  tu  vida.
Transparente  entonces,  te  llevaron para   venderte como  mercancía,   en  un  bazar gris,  en donde   deambulaban personas   que   no  sabían  mirarte.
Yo  pasaba por  ahí,  porque  sì, por pasear la silente espera que   he   conseguido,  encaminé tu historia   a  mi  encuentro sin  que lo  supiéramos,  lo  sé.
M i  fantasma   roto, entonces  te   vi, eras del  color  del  aire nublado, y te noté en tristeza.
Débil  y   volátil,  te  encadenaban   a  la  pluma de   un canario  ahora  muerto,  y   tu mirada   quiso sonreír por   dentro cuando  te   giraste   a  mirarme, y yo  sentí llorar mis  almas   cuando   noté que estabas   roto.

  • Tres monedas    cuesta.  ¿Se lo lleva  ?
  • Quisiera en  realidad poder  llevármelo y abrazar a este fantasma   roto.
  • Tiene   que  observar el  camino  que   con él haga, puesto  que   va   dejando pedazos por el  suelo, quizás pueda   recobrarlos, pero  si  cruza  por   el  río, no me   hago  responsable por las  piezas   que   ahí pierda.
  • No,  ese   camino no  he   de   tomar. Más sólo  una  moneda poseo,  tal  vez, lo podamos negociar.
  • No lo  creo,  lo  siento,  tres   es  muy  barato,  menos   no puedo.
  • Pero mire  las   condiciones,  un  fantasma   roto  requiere   de  mas  cuidado que  uno   compacto,  no  creo  que  hoy   nadie   llevárselo  pueda …

Mi  fantasma   roto  escuchaba  inclinando  su mirada  en  el  ángulo  que  se hacía grande  en
mi  falda,  y  de matiz   otoñal, se  perdía  mirando  el  aire mecerla,  el continuo pasar   del  viento  entre  mí    y  mis frases  para  poder   apropiarme   de    el.

  • No,  no  se   vende en  esa   cantidad,  antes   prefiero  matarlo  yo.
  • Esta  bien,  como  quiera,  si  no  es  negociable  un  fantasma   roto,  entonces,  me   voy.
Volteaste   a  mirar   mi  mirada   con  desespero,  con  aliento  de   traición,  tus   blancas  pupilas,  tus  labios desapareciendo  en  un enojo,  y   las  manos,  que   apretaban  la   atadura  que llevabas.

Me  detuve,   pregunté:

  • ¿Sabe   su nombre?
  • No, ¿ A   quién  le interesa?  es   un  fantasma   nada  mas

Miré mi falda,  miré   mi  historia, recogí mi  tristeza,  acomodé los   recuerdos,  me   sentí  culpable   de nuevo por   añorar  una  noche perdida,  y   emprendí  mis  pasos,  mi  viaje hacia   mi.
-Capitán Ruy Alvar  De Castilla   y   Abril-  oí
- Es mi  nombre,  Ruy Alvar  De Castilla  y  Abril.

Tu  voz   era  frágil,  de  aire,  tus palabras sin  peso,  el timbre   se confunde con  alas   de  pensamientos 

  • Que   bello  nombre   el  que   dices   tener. Conseguiré  las   tres  monedas,  te  llevaré   con migo y cuidaré que  no  te sigas  deshilando  más.
  • Esperarte    tendré, no  te   olvides,  mi existencia de  por  sí,  hueca   es,  no encuentro  donde  vivir en  mi,  donde estacionar  la   infancia   que   perdí,  y   sé   que en  tu  espacio me quedaré.

Puedo  meterme  en  la pared y convertirme del  color del  espacio para   que   te   asegures  que   no  molestaré.  Además  prometo  enamorarme   de   ti, pensar  en  ti, sufrir por   ti.  Y en   la   noches,  llegar   a  tu aposento a   besar   tus lágrimas,  a   beber   tus  labios apócrifos,  a estar  dentro  de  los   sueños  tuyos, amarte   y   desnudar   tu piel añeja para   empezar   a poseerte.
Las   historias   de  mis   romances   habré   de   contarte,  y   abrazar   te propongo  enseñarte  mujer   de ojos  tristes, por   favor  no  te tome tiempo venir a llevarme.
Busqué conseguir lo  faltante  en  dinero para adquirir  al  más  hermoso  fantasma   roto jamás  encontrado, lo  remendaría, lo 

amaría, lo  buscaría   dentro  de  mis  muros,  rasguñando levemente  paredes y puertas,  pensando  en  tocar  su  espalda al  buscarlo  en  la   superficie   fría,  con  ansiedad,  con  decoro,  con  aliento  de  compañía.

Vendí mis tres mejores   recuerdos,  empeñé  un  beso  doloroso, una  de  mis  almas,  la malbaraté,  y  mis   conocimientos   adquiridos  en  el  dominio  del  ser,   rematé.
Al  fin,  las  tres  deseadas monedas   conseguí,  y entonces,  corrí,  hasta   no  saber más. 
De respirar   casi  me  olvidaba,  de   pensar,  de  planear,  sólo  sentía,  sólo vivía,  y   veía  pasar  por  mis pies,  el  cemento reblandeciéndose al  tocarlo,  luego  la  tierra. Después  el pasto  roto,  cómo  mi  fantasma mi esperante y  fatigado fantasma   roto.
Busqué  con  al  comerciante,  que  por  mercancía   comerciaba   un  quebranto  de  tiempo, un  hálito  de   vida   sin ella, un  espasmo  de  locura   a  mi  mansedumbre.
Lo  encontré, lo  vi,  guardaba  ya   sus productos,  con mecánicos   movimientos  cuadrados,  insolentes  por  pragmáticos.  Pero  a  mi  fantasma   amado  no lo  vi, al  irme  acercando,  preferí  mirar el mar, la  luz,  el  sabor de un día sin sombra, para   no  notar   que  no  estaba más,  mi  fantasma, ¿lo  habrán   guardado  acaso  ya?
-Vengo por  Ruy Alvar  De Castilla y  Abril.   
Dije  en  tanto  mi palma  mostraba tres sólidas monedas, que me  permitirían pasar a la  otra  parte de   mi  vida.

  • ¿  Ruy Alvar  De Castilla   dice?
  • El  fantasma   roto,  vengo por el
  • Lo  siento  señorita,  no podrá   ser,
  • ¿Lo  vendió  ya?  o  tal  vez   el  precio  subió,  no  importa, lo  pagaré.
  • ¿El  precio? No  mujer, eso  no  es. Pasa   que   cuando  se   fue  usted,  el  Fantasma   Roto,  se  inquietó,  arrastró la   cadena   y   gritó  para que   regresara  usted.
  • ¿Y que  pasó luego?
  • Pues   que  las  lágrimas   se   agolparon  en  sus  ojos  impresentes…

¿Y…?   Acabe ya.

  • Pues   que por  las   grietas que  tenía,  él  empezó  a  llorar, yo lo  veía  y   con  gestos   le   decía  que   si  no  era   usted,   alguien  más se lo llevaría. Luego,  escuché   un  sonido  hueco un  estallido,  de  nada,  de   voces  calladas,  de ecos muertos.
  • ¿Colapsò?
  • Si,  tu  fantasma   roto acabó  estallando. De él  sólo  quedó  esta  pluma de canario  a  la   que   estaba   atado,  si  la   quieres  por  las   tres  misma   monedas,  te  la   doy.
  • Mi Ruy Alvar  De Castilla ,  roto,  atado  a  una  pluma, atado  a  sì  mismo ,  mi fantasma   tardío ¿ Porqué  no  esperaste  por  mi?.

Dejé  caer el  dinero,  junto  con  tres lágrimas,  tomé la  pluma  del  ave. Se derrumbó  mi  espacio.
Estalló la  única   alma   que   me   quedaba,  y   decidí estar   en  la   tristeza   envuelta.
Ahora,  prefiero  permanecer   aquí,  miro mis  paredes,  rasguño las   almohadas,  temo  a  la   noche,  a   mi  cama,  a   mi  voz.
Ya   no  salgo  de   aquí,  de  pronto,  sentí  miedo  de   caminar  y  no  encontrarlo,  de   andar  por   ahí  y   recordarlo.  Lo vi  tan  poco  tiempo, y me   transformó,  me   conquistó,  y   con  él  se  llevó  mi  nulificada   vida,  ya   no  soy  más   nadie,  ahora,  quisiera  convertirme   en un  fantasma  de  él.

Cuento  creado por:   Gloria  Patricia   Aceves  Ramos.
Nov.  2010

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