EL TORNADO
Todas las casas del poblado, sin excepción, perdieron sus techos al soportar enhiestas el tornado que asolara la región. Hasta la iglesia vio arrebatada su cúpula de cemento a causa del viento ensañado en destruir las crestas enchapadas de los inmuebles. Una vez transcurrido el suceso, los habitantes pudieron gozar a cielo abierto en sus residencias, de la consecuente benevolencia del clima: disfrutaron del sol durante el día, de las estrellas a la noche y del claro de luna cuando hubo. La ausencia de lluvias posibilitó a cada vivienda de la comarca rediseñar su bóveda con el versátil firmamento.
Pero a causa de la dramática circunstancia vivida, los habitantes pasaron a ser conocidos como los sin techo, expresión apartada de cualquier metonimia, apoyada en cambio en la literalidad de la falta.
EL MINISTRO DE TRANSPORTE
Sueña con la boca del cocodrilo que deglute a la mujer desnuda, imagina la cabeza propia encapuchada por la bolsa plástica que asfixia, hasta precipitarlo escaleras abajo. El ministro de transporte francés aniquila su deseo, desatiende a su mujer, descuida a su hija, olvida a sus amigos; abnegado a la ocupación que le requiere dedicación exclusiva. Comparte la rutina diaria con el chofer y un grupo de colaboradores que diseñan sus discursos tanto como su personaje mediático. Partidario de una política estatista del transporte público,
BIOPOLÍTICA
En la sociedad actual, los saberes alentados por los expertos funcionan como muralla insalvable de lo que debe ser. Una situación, un caso particular, persona o detalle que los contradiga es inmediatamente discriminado como espécimen raro y sujetado a alguna categoría que tranquilice al amo que etiqueta lo que en este sistema tiene derecho a existir. Carmelo, hombre pobre de vida muy austera, llegó, según puede documentar, a la edad de 123 años, razón por la que fue nombrado Tesoro Humano Viviente por el poder político social de turno. Pero Carmelo atravesó la barrera infranqueable de la