José María Damiano
Puede escribir sus comentarios aEs sabido que la palabra Vocación proviene de la voz latina Vocatio, palabra que remite a voz (vo) y a llamado (catión), el llamado de una voz.
El contexto de su surgimiento originario es religioso y remite principalmente al llamado que el renombrado Jesús de Nazareth hiciera a sus discípulos, llamados apóstoles.
La real dimensión de esos episodios, hoy se nos pierde, pues la repetición ritualizada de los hechos y la consideración de que obedecen a un plan divino preconcebido, hizo desvanecer el carácter de acontecimiento de los mismos. Acontecimiento primeramente para la vida de cada uno de esos hombres llamados que pasaron de ser pescadores analfabetos; a protagonizar el acontecimiento político, religioso, social y económico más grande que registra la historia. Tan grande que el tiempo comenzó a contarse nuevamente de cero, tan grande que su medio decir la verdad acabó con el Imperio Romano. Esos hombres pasaron de ser pescadores a pescadores de hombres, tal es la metáfora con que Jesús los convenció de su propuesta.
Esa voz, la voz de Jesús, era también la voz de su interior, no la voz de la conciencia, sino de un interior absolutamente desconocido por ellos mismos. Esa voz los convirtió en otros, incluso en otra cosa que la que eran y la que imaginaron ser. Se dice que dejaron todo, para servir a la causa que este les proponía.
El relato de los evangelios, acerca del modo en que los apóstoles fueron
La cuestión ética fundamental planteada por la palabra Vocación es por lo tanto para el psicoanálisis ¿por qué los hombres abandonan su saber hacer y se dejan capturar por espejismos desperdiciando así su vida?
El vel que comúnmente se plantea es posible plantearlo oponiendo al qué-hacer, el qué ser.
Es decir que se elige el espejismo de ser y se abandona el saber hacer. Se elije una fantasía de ser en total desconexión con las marcas que constituyen un saber hacer, con lo que este implica, a saber; el goce de su ejercicio.
No azarosamente el cristianismo nos encuentra en este artículo. Muy pocas veces hemos escuchado comentar que Lacan consideró que Freud era un retoño de la virtud cristiana de la caridad. ¿Acaso no es caridad anunciar la buena nueva de que estamos habitados por un saber que no
Ese saber es en verdad invaluable, no tiene precio, a la hora en que un sujeto debe resolver su quehacer en lo laboral y en su función social, debido a las consecuencias que ha introducido en nuestro mundo el discurso de La ciencia; que ha llevado a un cambio cualitativo fundamental en el mercado de trabajo: el saber no está en el trabajador sino en la máquina y el sujeto debe capacitarse para ser un operador de la misma. Para eso se incrementa cada vez más la escolaridad obligatoria.
El prestigio de las profesiones liberales del discurso de amo antiguo por la que algunas generaciones se esforzaron para que su hijo sea un profesional, han sido profundamente modificadas por esta incidencia de la ciencia aplicada a la producción de tecnología y hoy los profesionales sirven a dos severos amos anónimos, la tecnología, que hace cada vez más su trabajo y la empresa que los proletariza como empleados.
Es una de las razones por la cual los padres esclarecidos sobre este punto suelen hoy empujar a los hijos hacia lo artístico. No solo por nuevos ideales, sino también como un modo de preservar algún saber humano, creativo.
“Nosotros no estamos contra el sistema, el sistema esta contra nosotros” manifestaba un joven ante las cámaras de televisión en las manifestaciones de los autodenominados indignados en Europa.
José María Damiano