Angélica Marchesini
Puede escribir sus comentarios aAnte todo, abordar la fórmula de Lacan sobre lo real como imposible es interrogarnos acerca del límite de la experiencia analítica. Además de la historia de goce para quien se embarca en un análisis, además de las vueltas dichas, lo importante es demostrar por qué no se llega al fin vía la articulación significante; habría allí un real a demostrar. Lacan establece como condición la demostración de la imposibilidad¨. Luego de que se han reconocido algunos imposibles, se produce un pasaje de lo real como imposible, a aquello que aparece más allá de la ley, un real sin ley, y eso abre el camino hacia algo que es puramente azaroso.
La analogía de Lacan acerca de que el análisis es una apuesta, un juego entre dos, es para decir que ello conlleva al final a una decisión. Por consiguiente en lo que se refiere a sus encrucijadas, durante su recorrido hay opciones y el sujeto entrampado no puede elegir. En el esfuerzo de decir la verdad, no puede decirla toda, la verdad muestra su impotencia. ¨Decirla toda es materialmente imposible: faltan las palabras. Precisamente por este imposible, la verdad aspira a lo real¨1.
Cuando Miller estableció el Seminario El reverso del psicoanálisis de Lacan, al capítulo de ¨La impotencia de la verdad¨, le ha seguido ¨Los poderes de lo imposible¨. Lo imposible tiene un poder, del que carece la verdad. La verdad es impotente porque la última palabra nunca va a surgir, se acepta en cambio, aquello que es imposible, y que desde luego, es diferente para cada uno.
El límite de la experiencia analítica
Lo real como imposible, es imposible de qué? Miller2 retoma a Lacan para aludir a lo real como imposible, y nos recuerda aquello que Sartre había podido ubicar como algo imposible de reducir, esto es, una determinación espontánea de nuestro ser, que no puede ser explicada más allá de esa determinación como tal. Es decir, una determinación espontánea que resulta imposible de reducir, de reducir a lo simbólico.
Lacan señala que ¨Es de lo imposible mismo de donde surge ese real¨3 . Por consiguiente deducimos que, primero nos topamos con lo imposible, con ese límite impuesto a lo simbólico, y que de allí surge ese Real. Si bien lo simbólico se resiste a ser atrapado, finalmente se presta a regañadientes a dejarse arrinconar, a diferencia de lo real que se resiste a hacerse instrumento.
La fórmula sobre lo real como imposible, está presente cuando Lacan se refiere a la apuesta de Pascal. Allí el imposible es, imposible de interrogar porque responde al azar.4 El sujeto se compromete en la apuesta; apuesta que es un acto. Cito: ¨He aquí lo que merece ser recordado en el umbral de aquello en lo cual vamos a comprometernos y que es…el momento de este umbral, de este paso, de este franqueamiento radical de Pascal, a saber, el término estrictamente opuesto de un azar definido. Porque, ¿qué es el azar? El azar se refiere
simbólico, es decir en su cara de imposible Es necesario que haya una articulación simbólica para que podamos decir: Algo es imposible.
El verdadero imposible se demuestra.
Más por lo pronto, aparte de delimitar lo imposible, el debe ser demostrado. Al decir que lo real debe ser demostrado, Lacan lo establece como condición, ya que para que haya real es necesario una demostración. Bajo este aspecto Lacan es rotundo: ¨Lo que existe es la demostración de la imposibilidad¨.
En su Seminario O peor8, Lacan afirma que cuando se trata del verdadero imposible, de lo imposible que se demuestra, - eso lleva tiempo- entre los primeros garabatos encontrarán algo que existía pero no de la manera que se creía hasta el momento…, había cosas que existían… en ese sentido de que constituyen el límite de lo que puede resistir de la avanzada de la articulación de un discurso. Eso es lo Real.
Así, pues, se trata de la aproximación por la vía de lo simbólico, de ese imposible, en tanto se demuestra. No hay real sin vueltas dichas, en esas vueltas, en esos garabatos se encuentra una ley del Otro, y se llega a vaciar a los dichos de su sentido. Eso permite que lo real devenga azar y esa es la chance para que el sujeto escriba otra cosa más allá del texto del fantasma. El sujeto llega a desprender una distribución azarosa y está abierto a los encuentros respondiendo a ellos de otra manera, diferente a