Escribí tu comentario
Los comentarios reglejan opiniones de sus autores.
Su publicacion está sujeta a la autorización de las personas responsables de este sitio web.

ENVIAR
El error para mostrar
mas error
Comentarios
X
Gracias, hemos enviado tus datos.
SECCIONES:   Previsualizar en Esferas Inferiores
00
00
0
2024

Vera Gorali

Puede escribir sus comentarios a
info@citaenlasdiagonales.com.ar

El misterio del cuerpo que habla

Cuando Lacan nos invita a pensar en términos de "cuerpo" es para desentrañar un enigma: "el misterio del cuerpo que habla". Tal es la frase con la que nos interroga.
¿Qué sentido darle en la lógica de la orientación lacaniana la cual descarta el lenguaje de órgano al que se refieren los postfreudianos inspirados en una interpretación parcial del pensamiento freudiano?
Para Freud, el lenguaje de órgano es el lenguaje de la esquizofrenia que tiene una característica particular. La sustitución de un lenguaje verbal por el supuestamente orgánico se hace en base a las semejanzas en la expresión verbal y no según la analogía de las cosas expresadas.
La palabra no sólo sustituye al objeto sino que es sometida a los procesos primarios donde la representación garantiza lo representado. A diferencia del juego del fort-da en el que la palabra está en el lugar del objeto y por lo tanto es lo que llamamos un significante
Porque cuando Lacan pone en relación lo simbólico con el cuerpo lo hace para marcar el nacimiento del parlêtre, que traducimos con cierto aire de traición como hablaser o hablanteser. Esta expresión forjada por Lacan parece poner el acento en lo que se refiere al ser. Pero, según creo, en verdad se trata de la articulación de la cosa extensa del organismo con la materialidad fónica del lenguaje y sus resonancias Ahí se produce un cuerpo que tiene la capacidad de hablar y de gozar .Con este giro Lacan agrega la tercera dimensión, le da volumen y existencia a lo que hasta entonces era solo un supuesto: el sujeto.

Este es el misterio por el cual se traduce en palabras lo escrito en el inconsciente. En esa adquisición se produce la carga de satisfacción de ese cifrado y de esa incorporación. Como así también con la mortificación que implica que el significante atraviese al viviente, desalojando al sujeto de su goce total. Hay una pérdida Ya no posee la cualidad de "ser un cuerpo" o un individuo como los animales. Individuo significa indiviso o sea Uno. El viviente experimenta su cuerpo inicialmente como fragmentado; requiere de algunas operaciones para hacerlo Uno. Al tiempo, el lenguaje pasa a ser una elucubración y, como lo es el cuerpo, un sistema, un aparato secundario, una construcción. Se trata de un viviente que tiene la capacidad del habla y que también puede, sin saberlo, usar el cuerpo para decir sin palabras. Porque en tanto tal está sujeto al desconocimiento de aquello que motiva sus dichos. La intención de comunicación vela un factor crucial para el psicoanálisis: eso goza al hablar. Hay un goce oculto en la palabra, por lo cual podemos decir que es el goce el que habla. Hay un "querer gozar que está dominado por un querer decir"(1). Este uso autista del lenguaje vuelve inútil toda concepción de una realidad construida con los órganos de la percepción puesto que se fabrica con el lenguaje como aparato de goce. Eventualmente el parletre hace lazo social con el Otro. Pues si el significante unario no suma el objeto pequeño a que ubica en el otro (S1+a), el cuerpo no adquiere la consistencia necesaria y no se asegura la unión de los tres elementos separados que conforman al dicho parletre.
Vuelvo a la noción de individuo, que Lacan en algún momento califica de proletario. Esto significa que hay una clase de relación entre el goce y el sujeto que no pasa por el inconsciente. Es el goce de lo Uno que sostiene

al individuo en un nuevo paradigma del autismo sin discurso de subjetividad en su horizonte. El grupo asegura ahí una continuidad sin ruptura entre algunas formas de gozar y los emblemas con los que se representa, derivados de la marca o el nombre propio, como el tatuaje por ejemplo que no soporta la ausencia de la cosa.
En estos casos el goce sutura la hiancia del inconsciente, y el síntoma se desconecta de la estructura de lenguaje, y aun del inconsciente como tal. Aparece entonces una enorme gama de manifestaciones corporales como la bulimia, la anorexia, la obesidad, el alcoholismo, y otras adicciones que inundan la actualidad del consultorio.
Quizás convenga subrayar que estos acontecimientos de cuerpo se diferencian del clásico síntoma de conversión que sirve esencialmente a la histeria para expresar su rechazo del cuerpo cuando no consigue falicizarlo en su totalidad o evacuar los signos de un goce que le resulta ajeno. Entonces "habla con su cuerpo".
Esto no implica, insisto, en que sea el cuerpo, en una especie de versión animada del mismo, el que se pone a hablar con un lenguaje propio sino más bien lo ya dicho: que utilizamos nuestro cuerpo como canal de mensajes dirigidos al otro o simplemente como sostén de una satisfacción singular.
Resumiendo, la colisión del lenguaje con la materia viviente produce lo que llamamos la sustancia gozante y el "troumatismo" que implica ese acontecimiento, una insistencia o iteración que reproduce esa particular articulación.
Pero además, para tener un cuerpo con el cual hablar, esa sustancia gozante debe consentir al lazo social con una pérdida de goce pues este ha
sido reducido a las zonas erógenas que le permiten el acceso a un "poco de goce" de ese cuerpo, el suyo, que es por definición lo que permanece "Otro".
Pues ni aún en el abrazo sexual es posible el goce del cuerpo del otro.
En consecuencia, el cuerpo es utilizado como instrumento del dicho ya cifrado en el inconsciente y que se escribe en el cuerpo bajo la forma de metáfora-metonimia, síntoma actual o sinthoma que anuda los registros dispares que conforman al parlêtre: real, simbólico e imaginario.
Para concluir dos breves recortes de lo que pude verificar en la práctica con estructuras sintomáticas diversas .
Una mujer joven me consulta al salir de una internación clínica por baja de potasio, con una indicación de internación psiquiátrica. Esta indicación le provoca temor asi como el hecho de haber estado al borde de la muerte .
Accedo a verla al día siguiente. Su madre aclara que la traerá el padre de la joven, que es "un pan de Dios". Ni bien entran me aclara que la traen porque la vieron "flaquear". Subrayo el significante que los sorprende a ambos.
G es extremadamente delgada, pesa alrededor de 35 kilos, le falta tonicidad muscular, casi no puede desplazarse, pero su voluntad es férrea. Dice que por primera vez accederá a un tratamiento –aunque descree del mismo- pues se ha dado cuenta de que el destino le ha dado una segunda oportunidad. De sus padres sólo puede decir que son dos "bombones", la única culpable es ella, que no le encuentra sentido a la vida ni tiene aptitudes para nada. Lo cotidiano la aburre. Piensa que es por eso que se atraca y luego se provoca vómitos. Pero ahora no quiere morir sino volver a ser "la de antes".
Le atraen dos libros de mi biblioteca: El banquete de los analistas y Lo crudo y lo cocido de Levy Strauss
Dos intervenciones la impactan durante las primeras entrevistas:

a) Le digo:"Lo crudo y lo cocido permiten obtener una diferencia entre los sexos" Se lo cuento cuando , perpleja ,percibe que no es un libro de cocina.
b) Subrayo su impulsión a vaciarse. Lo relaciona con la madre que llena todos los espacios , tanto en el ámbito de su casa como en el trabajo y en lo social por una ansiedad que se suma a la suya propia
Planea suplantar el vaciado del aparato digestivo por el del cuarto que tiene abarrotado y se propone "esperar" el vacío dándole tiempo a la digestión y no provocándose el vómito. No deja de provocárselo pero recién cuando considera que los nutrientes ya han sido metabolizados. Se abre una mínima brecha entre el instante de ver y el momento de concluir , entre S1 y S2
El desencadenamiento de la bulimia se produce cuando la familia decide vender la casa familiar y comprar dos departamentos para los padres y las hijas. Esta separación le resulta insoportable y arbitraria. La melancolía es, en este cuadro clínico, lo que le impide separarse. No consiente a perder el objeto por segunda vez y se instala en esta posición de resto donde prima la pulsión de muerte superyoica y el rechazo del inconsciente.
La cura se dirige a posibilitar la pérdida por otros medios que lo real del cuerpo propio.

2- M se queja de una manifiesta apatía sexual cuando su partenaire es una mujer de su misma colectividad religiosa. Esta es, por otra parte, su única posibilidad de tener una pareja con futuro. Pero todo encuentro con las mujeres convenientes –que, además, le producen accesos de bronco-espasmo .
Por el contrario las shikse1 lo excitan, lo desinhiben. Con ellas se muestra locuaz, ocurrente y buen amante; así que ha tenido un par de parejas con las que ha convivido hasta que ellas interrumpieron la relación -Esto lo angustia, lo deja perplejo aún siendo consciente de que no son mujeres convenientes para formar una familia.Termina por reconocer su comportamiento pendenciero, mezquino y desagradable, como su padre.
Durante la cura se evidencia que en su particular lalengua shikse es un término equívoco pues la familia materna se rige por el ideal de ser "chic", tanto en la vestimenta como en las maneras.
Esto se convirtió en la fuente de un malestar constante que lo había reducido a un mundo virtual donde se nutría de vínculos efímeros.
El resultado de intervenir sobre el equívoco produjo un alivio sintomático, acallando el imperativo de goce que lo embrollaba. Hace ya más de una año sostiene una relación con una mujer que no es de la colectividad, pero tampoco es la mujer "degradada".

1.- Miller, Jacques-Alain: El monólogo de la apalabra , en El lenguaje como aparato de goce, Buenos Aires: Diva, 2000, p. 109

Agradezco la colaboración de Gabriel Vulpara en el formateado del artículo según las normas que rigen la edición de Colofón

1 En Idish, shikse se refiere tanto a la mujer no-judía como a la empleada doméstica
info@citaenlasdiagonales.com.ar | Seguinos en:
 © Copyright. Todos los derechos reservados.