Las Cartas de Van Gogh y el Seminario de la Ética de Lacan
Hace casi 25 años, leyendo por primera vez el 'Seminario de la Ética del Psicoanálisis' de Jacques Lacan me vi impulsado a escribir esto, a partir de allí y de lo que me habían conmocionado la obra y las cartas de Vincent Van Gogh a su hermano Theo, esto. Releyéndolo no quise cambiar ni una coma; pues creo que se sostiene.
Los subrayados fueron míos.
Tal vez fue por el amor que Jo Bonger tenía por el amor que su marido, Theo Van Gogh, le profesó a su hermano Vincent, que se ocupó no sólo de no destruir la obra del pintor – como muchos se lo aconsejaban - sino también de exponerla y además publicar – esto 24 años después de se muerte – sus cartas. Pero esto es otro comienzo.
Comencemos por un final: EL 27-7-1890 Vincent Van Gogh se disparaba un tiro en el pecho y moría, tres días más tarde, acompañado de su hermano. Este relata que Vincent le decía: "No llores, lo hice por el bien de todos", "quisiera morir ahora". Llevaba consigo la carta que no llegó a despachar, por correo. Vincent escribía a su hermano Theo (652) : "Y bien; mi trabajo; arriesgo mi vida en él y mi razón se ha hundido a medias (...)
(en un momento en que las cosas están muy tensas entre marchands de cuadros de artistas muertos y de artistas vivos) ; que yo sepa, tú no figuras entre los marchands de hombres y puedes tomar partido actuando con humanidad; pero, ¿qué quieres?..." Vincent moría a los 37 años de edad, Theo, 6 meses más tarde, a los 33. Poco tiempo antes, desde el asilo de Saint-Rémy donde se había autointernado Van Gogh escribía, tras recibir una carta de su cuñada anunciándole su embarazo y que esperaban un hijo varón al cual llamarían Vincent, (604) : "trabajo como un verdadero poseído, más que nunca; creo que esto contribuirá a curarme. Tal vez me suceda lo que dijo Delacroix : 'He encontrado la pintura cuando ya no tenía dientes ni aliento'... Trabajo en una o dos telas no demasiado malas; un segador, será para la exposición de los Veintistas si se acuerdan de mi en el momento dado , aunque para mí sería lo mismo, sino preferible que me olviden (...) en ese segador vi la imagen de la muerte, el motivo era hermoso y simple (...) en esta muerte no había nada triste, todo sucedía a plena luz, con un sol que inundaba todo con una luz de oro fino."
Dejaba tras de sí más de 800 pinturas, 1700 dibujos y 800 cartas y, aquí y allá, varios que, a raíz de un encuentro, se interesaban por alguna causa por su obra. Se plantea la cuestión acerca del motivo por el cual no fue abolido del campo de los deseos y los museos como lo fue en vida. ¿Habrá sido por el hecho de que algunos habrán sido más sensibles a cierta dimensión trágica?, y con ello a lo que Lacan, en su comentario sobre Antígona –advirtiendo que no es de su exclusividad- denomina: "la posición, la suerte de una vida que se confundirá con una muerte segura, muerte vivida de manera anticipada, muerte insinuándose en la vida, vida insinuándose en la muerte (...) la zona así definida tiene un efecto singular en el efecto de la tragedia : en su atravesamiento el rayo del deseo a la vez se refleja y se refracta, culminando en el efecto más profundo de lo bello sobre el deseo (...), que parece desdoblarlo allí donde prosigue su ruta."
Prosigue su ruta, tal vez no la 'carretera principal' en el caso de Van Gogh, a pesar de que, en las distintas traducciones de sus cartas, no hayamos encontrado (salvo una indicación acerca de 'errores de construcción y puntuación' en algunas de sus frases en francés) lo que podríamos calificar de trastornos del lenguaje; ni momentos francos de desencadenamiento; mucho menos alguna estabilización delirante al estilo de 'ser la mujer de Dios' o 'El pintor del futuro'; sino textualmente "ser un pequeño eslabón en la cadena de sucesivas generaciones de pintores". No deja de llamar la atención el hecho de que los distintos psiquiatras que lo atendieron en vida vacilen acerca del diagnóstico, que Humberto Nágera hable de psicosis pero poniendo de relieve mecanismos neuróticos, que Karl Jaspers ponga honestamente en duda su diagnóstico de esquizofrenia y que Colette Soler lo ubique dentro de una serie de psicóticos ilustres junto a Joyce y a Rosseau. Hace pocos años se determinó que Van Gogh padecía del sindrome de Meniére (enfermedad del oído interno con vértigos, a veces paroxísticos, y trastornos de la audición). ¿Y?:
Volvamos al Seminario de la Ética de Lacan donde retoma y enfatiza los aspectos fundamentales de la ética del análisis. Dice : "Implica, hablando estrictamente la dimensión que se expresa en lo que se llama la experiencia trágica de la vida..." (implica) "elegir cómo patrón de medida la relación de la acción con el deseo que lo habita (...), digamos que la relación de la acción con el deseo la habita en la dimensión trágica se ejerce en sentido de un triunfo de la muerte –más precisamente del ser para la muerte -, formulada en el caso de Edipo en la maldición asumida, consentida."
Algunos datos. El 30-3-1852 nace muerto el primogénito del reverendo Theodorus Van Gogh y su esposa. Es llamado Vincent Willem Van Gogh; la lápida que lleva su nombre se encuentra en el cementerio adyacente a la iglesia donde su padre predica. Exactamente un año más tarde, el 30-3-1853 nace el 2. hijo del matrimonio; es llamado Vincent Willem Van Gogh y se encontrará todos los domingos de muchos años de su vida con la lápida que lleva su nombre.
Algunos fragmentos de cartas de Van Gogh a su hermano; algunos datos: Carta 106: ... "desayuné un trozo de pan seco y cerveza: es un medio que Dickens recomienda a los que están a punto de suicidarse para alejarlos durante un tiempo todavía de su proyecto."
Mientras tanto Van Gogh retoma una y otra vez la cuestión que lo desgarra: cuál podría ser su manera de ser útil en el mundo, concluyendo que debería hallar un lugar y un oficio al cual consagrarse enteramente, con amor, eligiendo así el de predicador.
Carta 126: ... "Por las tinieblas hacia la luz (...). Es en el cementerio donde prefiero tomar la palabra, porque todos hollamos el mismo suelo y allí nos damos cuenta."
Se instala en una zona minera de Bélgica, cede su vivienda, su cama, su ropa, su comida a los mineros enfermos; le retiran su nombramiento debido a su 'excesiva pasión'. Escriba a Theo. Carta 133: "Soy un hombre de pasiones, capaz de hacer cosas más o menos insensatas de las cuales me arrepiento a medias (...), tengo una pasión irresistible por los libros y nostalgia por la pintura y tengo necesidad de comer mi pan (...). Mi tormento no es otro que éste: ¿para qué podría yo servir? ¿cómo ser útil? ¿cómo saber más? (...) me digo que alguien lo ha escrito en un libro o hecho en un cuadro (...) pero me siento prisionero de no sé qué jaula horrible sin saber qué es lo que me encierra... tú sabes como puede desaparecer la prisión: en base a un afecto profundo, serio; amar..., eso abre la prisión por un encanto muy poderoso. El que no tiene esto permanece en la muerte."
Un mes más tarde Van Gogh se ha volcado de lleno al dibujo. Su correspondencia con Theo se centra en reflexiones acerca del arte, sus progresos personales, sus tropiezos, sus amores y desengaños.
Carta 233: "El arte es un combate; en el arte es necesario jugarse el pellejo."
Carta 237: "No apruebo los principios ni los considero dignos si no se traduce en actos (...). Lo sublime no es un efecto del azar, hay que quererlo realmente... decidir si, en el punto de partida los actos deben conducir al hombre a sus principios o los principios a los actos, es tan indecidible como lo del huevo y la gallina."
Carta 256: "Cuando se es pintor uno debe abstenerse a querer ser otra cosa en la sociedad que pintor, haciendo abstracción de todas las ambiciones sociales."
Carta 310: "Prefiero tener algunos años de esta existencia que muchos años soñando con eso y postergándolo siempre; dar la vida por algo (...), creo poder concluir que mi cuerpo aguantará bien durante algunos años, de 6 a 10 años." (escrito 7 años antes de su muerte).
No abjurará de esta posición, será inflexible; así se verá arrastrado en más de una ocasión, no sin gran dolor, a bordear y concretar la ruptura con Theo, su único interlocutor y sostén económico, cuando éste intente darle 'buenos' consejos acerca de cómo conducirse en la vida: así se precipitará la ruptura con Gauguin y con ella, el derrumbe de su proyecto de formar una pequeña sociedad de pintores, derrumbe que lo arrastrará en su caída final.
Lacan. La Ética del psicoanálisis; "¿qué es el deseo?, sólo puede recordarles que realizar su deseo se plantea siempre desde una perspectiva de condición absoluta." ¿Qué implica esto?: que en el deseo como condición absoluta se produce un desasimiento, una separación del Otro de la demanda. Van Gogh: "el segador será para los Veintistas si se acuerdan de mí, aunque para mí sería lo mismo, sino preferible, que me olviden."
Mientras tanto; Van Gogh y la sublimación.
Lacan retoma a Freud: "la sublimación es la satisfacción de la tendencia en el cambio de su objeto –por la articulación significante- sin represión; en ésta definición está implícito que el deseo no es más que la metonimia del discurso de la demanda." Lacan da un ejemplo: "Hay de comer...el libro". Van Gogh. "Tengo pasión por los libros, nostalgia por la pintura y... necesidad de comer mi pan."
Este 'sin represión' es, más allá de cierto esclarecimiento brindado por el énfasis puesto en la metonimia, lo más enigmático y problemático. Lacan, en su crítica de Bernfeld, no sólo pone de manifiesto que, a su entender, no se trata de una transferencia de libido objetal a los Ichziele, sino que además lo crítica en tanto que Bernfeld "sólo llega a captar la sublimación en tanto correlato de la represión."
Lacan lee a Freud: "Introducir como primordial la función del padre –a partir del mito de Tótem y Tabú, el Nombre del Padre en su función significante- representa una sublimación."
Que el destino de esta misteriosa sublimación sea, en última instancia, actuar en la represión no es la paradoja menos llamativa. (Si bien se podría aducir que el Nombre del Padre como sublimación es 'en el mito' ¿por qué no pensar qué el mismo puede –o no- recrearse en cada cual?). Si así fuese ¿qué hace que el padre asesino-asesinado del mito se transmute en Nombre-del-Padre?. Freud dice: ambivalencia; amor-odio. Si, gracias a las precisiones de Lacan, sabemos a qué conduce el amor-odio del narcisismo, debemos concluir que nada sublime podrá encontrarse a su salida; para que una mítica ininterrumpida sucesión de asesino-asesinado se detenga en algún punto, debe, en algún momento, surgir algo distinto, enigmático, en el amor al padre. En la 'Ética' Lacan afirma que el amor cortés es el paradigma de la sublimación. Es 'otra Cosa'; ya no el Padre, sino la Dama, la que es elevada por un amor, cortés, el cual se resiste por todos lados a ser encuadrado dentro de las categorías del amor-odio narcisísticos.
Van Gogh. Carta 218: "... ¿Qué soy yo a los ojos de la gente?. Una nulidad, un hombre desagradable, alguien que no tiene situación social ni la tendrá jamás; en fin, un poco menos que nada. Bien, supongamos que sea exactamente así; entonces quiero mostrar por medio de mi obra lo que hay en el corazón de esta nulidad, de este excéntrico. Esa es mi ambición y se inspira menos del rencor que del amor (...) en la casa más pobre, en el rincón más pobre veo cuadros, dibujos (...) quisiera hacerlos de modo tal que golpeen a ciertas personas. 'Sorrow' –un dibujo- es un pequeño comienzo, quisiera expresar un profundo dolor."
Más allá del eventual 'hacer(se)' ver, mostrando lo que hay en el corazón de una nulidad, golpe a golpe, cuadro a cuadro ..., tal vez un intento de cierre de un circuito pulsional apuntando, como Lacan lo subraya en su Seminario XI, a la causación de 'un nuevo sujeto'; querríamos subrayar esta 'ambición que se inspira menos del rencor que del amor'; ese no-todo amor a ciertas personas, que luego se mudará a 'amor al arte', aunque, para él, el arte sea no Todo del amor y lo lleve a la amargura de haberlo hecho perder el 'verdadero' amor(en relación a una mujer). Extraña posición excéntrica, que, dentro de las coordenadas de la tragedia, debe haber contribuido a elevar una obra a una belleza sublime que apenas logra disimular el horror.
Vincent Willem van Gogh, tal vez su máxima ambición haya sido la de des-hacerse de un nombre –transmutándolo en color (llegó a 'firmar' un cuadro de rojo porque necesitaba contrastar el verde) o no 'firmando' muchas obras para que fuesen reconocidas 'a simple vista'- paradójicamente terminó siendo nombrado, y será por un tiempo recordado, como el primer pintor expresionista.
Van Gogh' Letters and Lacan's The Ethics of Psychoanalysis
Twenty five years ago, after I read for the first time Jacques Lacan's Seminar "The Ethics of Psychoanalysis", I found myself writing this. I was also touched and influenced by Vincent Van Gogh's work, and the letters he wrote to his brother, Theo. Reading it again, I wouln't want to change even a comma, because I think it is still valid.
The underlined text is my work.
Perhaps it was the love that Jo Bonger had for the love her husband, Theo Van Gogh, professed his brother Vincent, that prompted her not to destroy the artist's work –as many advised– but also to exhibit and publish –24 years after his death– his letters.
But this is another beginning.
Let's start with an ending: on the 27th of July, 1890, Vincent Van Gogh shot himself in the chest, and died three days later, accompanied by his brother. He relates that Vincent would say, "Do not cry, I did it for all of us", "I want to die now". His brother was carrying the letter that he never was able to post. Vincent wrote to his brother Theo (652): "So, my job, I risk my life with it and I am losing my mind (...) (at a time when things are very tense between art dealers who have paintings by dead artists and those who have paintings by artists who are alive), to my knowledge, you do not figure among them men and you can take sides, acting with humanity, but, what do you want? ... ". Vincent died at the age of 37; Theo, six months later, at 33. Some time earlier, from the Saint-Rémy asylum where he had admitted himself, Van Gogh wrote, after receiving a letter from his sister-in-law announcing her pregnancy and telling that the baby was a boy who was going to be called Vincent, (604): "I work as a man possessed, more that ever; I think this will help me heal. Maybe I will come what Delacroix said: 'I have found painting when I had no teeth nor breath' ... I am working on one or two paintings, not too bad; a reaper, it will be for the Vingtistes' exhibition, if they remember me when it happens, but for me it would be the same, if not better to be forgot(...) in that reaper I saw the image of death, the motif was beautiful and simple (...) in this death there was nothing sad, everything happened in broad daylight with the sun flooding everything with a light of pure gold ".
He left behind more than 800 paintings, 1700 drawings and 800 letters and, here and there, several people who, following a meeting, cared for his work, due to some reason or other.. It raises the question about why he was not demolished from the field of desire and museums, like he was while he lived. Was it the fact that some may have been more sensitive to certain tragic dimension? And with it's to what Lacan, in his commentary on Antigone –warning it is not exclusively his – called: "the position, the fate of a life that will be confused with certain death, living death in advance, death insinuating in life, life insinuating death (...) the area thus defined has a unique effect on tragedy's effect: in its journey the ray of desire both reflects and refracts, culminating in the most profound effect of beauty on desire (...), which seems to unfolds it where continues its path".
Continues its path, maybe not the 'main road' in the case of Van Gogh, even though, in the various translations of his letters, we have not found (except an indication of 'syntax and punctuation mistakes' in some their sentences in French) what might be described as language disorders, nor clear trigger moments, much less any delusion 'to be the wife of God' or 'The painter of the future', but literally "be a small link in the chain of successive generations of painters. " It calls attention to the fact that different psychiatrists who treated him in life are hesitant about the diagnosis: Humberto Nágera talks of psychosis but highlights neurotic mechanisms; that Karl Jaspers honestly puts in doubt his diagnosis of schizophrenia; and Colette Soler places him in a series of distinguished psychotics, with Joyce and Rousseau. A few years ago it was determined that Van Gogh suffered from Meniere's syndrome (a disease of the inner ear with dizziness, sometimes paroxystic; and hearing disorders). So?:
Returning to Lacan's Seminar on Ethics, where he retakes and emphasizes the fundamentals of analysis's ethics. He says: "It means, strictly speaking the dimension that is expressed in what is called the tragic experience of life ..." (implies) "choosing as pattern the relationship of the action with the desire that inhabits it (.. .), let's say that the relationship of the action with the desire lives in the tragic dimension that is exercised in respect of a triumph of death-more precisely the being for death - formulated in case of Oedipus in the assumed and consented curse".
Some data. On the 30th of March, 1852, the firstborn of Reverend Theodorus van Gogh and his wife was stillborn. He is named Vincent Willem Van Gogh; the headstone that bears his name is in the cemetery adjacent to the church where his father preached. Exactly one year later, on the 30th of March, 1853, the second son of the marriage is born; named Vincent Willem Van Gogh and will see every Sunday for many years of his life, the headstone that bears his name.
Some fragments of the letters from Van Gogh to his brother; some facts:
Letter 106: ... "I had for breakfast a piece of dry bread and beer: is a method that Dickens recommends those who are about to commit suicide to get them for a while away for their project".
Meanwhile Van Gogh returns again and again the matter that tears him apart: what could be his way of being useful in the world, concluding that he should find a place and an job to which devote himself entirely, with love, choosing to become a preacher.
Letter 126: ... "Through the darkness into the light (...). It is in the cemetery where I prefer to speak, because we all tread the same ground, and there is where we realise it. "
He goes to live in a mining area of Belgium, gives his home, his bed, his clothes, his food to the sick miners sick ; his nomination is withdrawn due to "excessive passion". He writes to Theo.
Letter 133: "I am a man of passion, capable of doing much foolish things of which I later half regret (...),
I have an irresistible passion for books and nostalgia for the paint and I have a need to eat my bread (...). My torment is none other than this, how could I be of use? How useful? How to know more? (...) I say to myself that someone has written that a book or painted it (...) but I am prisoner of a horrible cage I do not recognise, not knowing what awful thing holds me ... you know how I can make the prison disappear: a deep, serious affection, loving..., that opens the prison as if by a powerful charm. Whoever does not have this remains in death. "
A month later, Van Gogh has turned himself into the drawing. His correspondence with Theo focuses on reflections about art, his personal progress, his stumbles, his loves and disappointments.
Letter 233: "Art is a fight; in art one must risk his skin".
Letter 237: "I do not approve of principles, nor consider them worthy unless they are translated into action (...). The sublime is not something that happens by chance, you have to really want it ... decide whether, from the start, actions must lead man to principles, or principles to actions, it is as the chicken and the egg".
Letter 256: "When you are a painter, one should refrain of wanting to be anything else in society but painter, disregarding all social ambitions".
Letter 310: "I'd rather have a few years of this existence that many years dreaming of that and putting it off forever, give your life for something (...), I think I can conclude that my body will hold well for some years, 6 to 10 years". (written seven years before his death).
He will not refuse this claim, he will be inflexible and will be dragged on more than one occasion, not without great pain, to border and break it off with Theo, his only partner and financial support, when the later tries to give 'good' advice about how to behave in life: this will precipitate the break with Gauguin and with it the collapse of his project of forming a small society of painters, which will drag him to his final fall.
Lacan. The Ethics of Psychoanalysis; "What is desire? Can only remind that realise their desire arises always from a perspective of absolute condition. "What does this mean?: that desire as an absolute condition is a detachment, a separation of the Other of the demand. Van Gogh: "the reaper will be for Vingtistes if they remember me when it happens, but for me it would be the same, if not better to be forgot".
Meanwhile, Van Gogh and sublimation.
Lacan turns to Freud: "sublimation is the satisfaction of the trend in the change of its object –by the articulation of its significant- without repression; in this definition it is implicit that desire is but the metonymy of speech in demand." Lacan gives an example: "You have to eat... the book". Van Gogh. "I have a passion for books, nostalgia for painting and ... need to eat my bread".
This 'without repression' is, beyond a certain clarification provided by the emphasis on metonymy, most enigmatic and problematic. Lacan, in his critique of Bernfeld, not only shows that, in his view, is not transference of the object libido to Ichziele, but he also criticise it, whereas Bernfeld "only just captures sublimation as correlate of repression".
Lacan reads Freud: "To enter as primary the function of the father -from the myth of Totem and Taboo, the Name of the Father in his role as signifier- represents a sublimation."
That the fate of this mysterious sublimation is, ultimately, to act in repression is not the less striking paradox. (Although it could be argued that the Name of the Father as sublimation is 'the myth' why not think that the same can –or not- recreate on each?). If so what makes the murderer father-murdered father of the myth transform into the Name of the Father? Freud says: ambivalence, love-hate. If, by the explanations of Lacan, we know to where the love-hate of narcissism leads, we must conclude that nothing can be sublime at its end; for an uninterrupted succession of mythical murderer-killed to stop at some point, something different, enigmatic, must arise, in the love to the father. In the 'Ethics', Lacan says that courtly love is the paradigm of sublimation. It 'Something else', and not the Father, but the Lady, which is raised by love, gracious, which is reluctant to be framed within the categories of narcissistic love-hate.
Van Gogh. Letter 218: "... What am I in the eyes of people? A nullity, an unpleasant man, someone who has no social situation nor never will, in short, a little less than nothing. Well, let's suppose that is exactly true, then I want to show my work through what is in the heart of this void, this eccentric. That is my ambition, and draws less from rancour than from love (...) in the poorest house in the poorest corner I see paintings, drawings (...) I would like them so that some people are touched. 'Sorrow' -a drawing- is a small beginning, I would like to express a deep sorrow. "
Beyond the eventual 'show (himself)' view, showing what is in the heart of a nonentity, blow by blow, frame by frame ... perhaps an attempt to close a pulsional circuit pointing, as Lacan stresses in his Seminar XI, the causation of 'a new subject'; we would like to emphasize this 'ambition that draws less from rancour than from love , that not-all love to certain people, that will later move to 'love for art' though for him, art is not All love and take him to the bitterness of losing true love (in relation to a woman). Strange eccentric position that, within the coordinates of the tragedy, must have helped to raise a work to a sublime beauty that can barely disguise the horror.
Vincent Willem van Gogh, perhaps his greatest ambition had been to de-make a name-transmuting it into colour (he 'signed' a painting in red, because he needed to contrast the green) or not 'signing' many works so that they were recognized 'at first sight', paradoxically ended up being named, and will be remembered for a long time, as the first expressionist painter.
Les lettres de Van Gogh et le Séminaire de l'éthique de Lacan
Il y a presque 25 ans de cela, lorsque j'ai lu pour la première fois le Séminaire « L'éthique de la Psychanalyse » de Jacques Lacan, j'ai été poussé à écrire – à partir de celui-ci et du bouleversement provoqué en moi par l'œuvre de Vincent Van Gogh et les lettres adressées à son frère Théo – ce qui suit. Lorsque je l'ai relu, je n'ai pas voulu y changer une seule virgule ; je crois que cela se tient. Les parties soulignées le furent par moi.
Peut-être fut-ce pour l'amour que Jo Bonger avait pour l'amour que son mari, Theo Van Gogh, vouait à son frère Vincent, qu'elle s'est chargée non seulement de ne pas détruire l'œuvre du peintre – comme beaucoup le lui conseillaient – mais aussi de l'exposer, et de publier – 24 ans après sa mort, ses lettres. Mais ceci est un autre début.
Commençons par la fin : le 27-07-1890, Vincent Van Gogh se tirait une balle dans la poitrine et mourait, trois jours plus tard, son frère à ses côtés. Celui-ci raconte que Vincent lui disait : « Ne pleure pas, je l'ai fait pour le bien de tous », « j'aimerais mourir maintenant ». Il avait sur lui la lettre qu'il n'était pas parvenu à envoyer par la poste. Vincent écrivait à son frère Theo (652) : « Eh bien : mon travail ; je risque ma vie pour lui et ma raison est à moitié effondrée (…) (à un moment où les choses sont très tendues entre les marchands de tableaux d'artistes morts et d'artistes vivants) ; que je sache, tu ne figures pas parmi les marchands d'hommes et tu peux prendre parti en agissant avec humanité ; mais, que veux-tu ?... » Vincent mourrait à l'âge de 37 ans, Theo, 6 mois plus tard, à l'âge de 33 ans. Peu de temps avant, depuis l'asile de Saint-Rémy où Van Gogh s'était lui-même fait interner, il avait écrit, après avoir reçu une lettre de sa belle-sœur lui annonçant qu'elle était enceinte et qu'ils attendaient un garçon qu'ils appelleraient Vincent (604) : « je travaille comme un véritable possédé, plus que jamais ; je crois que ça contribuera à me guérir. Peut-être m'arrivera-t-il ce que disait Delacroix : 'j'ai trouvé la peinture lorsque je ne n'avais déjà plus de ni dents ni de souffle'… Je travaille sur une ou deux toiles pas trop mauvaises ; un faucheur, il sera pour l'exposition des Vingtistes si toutefois ils se souviennent de moi au moment donné, bien que pour moi ce serait pareil, voire préférable qu'ils m'oublient (…) j'ai vu l'image de la mort dans ce faucheur, le sujet du tableau était merveilleux et simple (…) il n'y avait rien de triste dans cette mort, tout se déroulait en plein jour, sous un soleil qui inondait le tout d'une lumière d'or fin. »
Il laissait derrière lui plus de 800 peintures, 1700 dessins, 800 lettres, et ici et là, des gens qui, à la suite d'une rencontre, s'intéressaient à son œuvre pour un motif déterminé. On se demande pour quelle raison il n'a pas été aboli du champ des désirs et des musées comme il l'a été de son vivant. Serait-ce parce que certains auront été plus sensibles à une certaine dimension tragique ?, et de cette manière à ce que Lacan, dans son commentaire sur Antigone, prévenant qu'il n'en a pas l'exclusivité dénomme : « la position, le sort d'une vie qui se confondra avec la certitude d'une mort sûre, une mort vécue de façon anticipée, une mort qui s'insinue dans la vie, une vie qui s'insinue dans la mort (…) la zone ainsi définie a un effet singulier sur l'effet de la tragédie : dans sa traversée, le rayon du désir se réfléchit et se réfracte à la fois, culminant dans l'effet le plus profond du beau sur le désir (…), qui semble le dédoubler là où il poursuit sa route. »
Il poursuit sa route, peut-être pas la « route principale » dans le cas de Van Gogh, bien que dans les différentes traductions de ses lettres, nous n'ayons pas trouvé (sauf une remarque concernant des « erreurs de construction et de ponctuation » dans quelques-unes de ses phrases en français ) ce que nous pourrions qualifier de troubles du langage, ni de vrais moments de déchaînement ; et encore moins une stabilisation délirante du style 'être la femme de Dieu' ou 'le peintre de l'avenir' ; mais textuellement « être un petit maillon de la chaîne des prochaines générations de peintres ». Notre attention ne peut qu'être attirée sur le fait que les divers psychiatres qui l'ont traité en vie hésitent quant au diagnostic, qu'Humberto Nágera parle de psychose, mettant en relief les mécanismes névrotiques, que Karl Jaspers remette honnêtement en question son diagnostic de schizophrénie, et que Colette Soler le place dans une série d'illustres psychotiques auprès de Joyce et de Rousseau. Il y a peu de temps, il a été déterminé que Van Gogh souffrait du syndrome de Menière (une affection de l'oreille interne qui provoque des vertiges, parfois paroxystiques, et des troubles de l'audition). Alors ?
Revenons au Séminaire de l'Éthique de Lacan où il reprend et souligne les aspects fondamentaux de l'éthique de l'analyse. Il dit : « Elle implique, si on parle strictement de la dimension qui s'exprime dans ce qu'on appelle l'expérience tragique de la vie (...) (elle implique) choisir comme patron de mesure le rapport entre l'action et le désir qui l'habite, disons que le rapport entre l'action et le désir qui l'habite dans la dimension tragique s'exerce dans le sens d'un triomphe de la mort – et plus précisément de l'être-pour-la-mort ? -, formulée dans le cas d'Oedipe dans la malédiction assumée, consentie. »
Quelques données. Le 30-03-1852, l'épouse du révérend Theodorus Van Gogh met au monde un enfant mort-né. Il est appelé Vincent Willem Van Gogh, la pierre tombale qui porte son nom se trouve dans le cimetière attenant à l'église où son père prêche. Un an plus tard jour pour jour, le 30-03-1853, le deuxième enfant du couple naît; il est appelé Vincent Willem Van Gogh, et pendant de nombreuses années fera face tous les dimanches à la tombe qui porte son nom.
Quelques fragments de lettres de Van Gogh à son frère ; des informations : lettre 106 : « …j'ai pris mon petit-déjeuner, un morceau de pain sec et une bière : c'est un moyen que Dickens recommande à ceux qui sont sur le point de se suicider pour les éloigner un temps encore de leur projet ».
Pendant ce temps-là, Van Gogh retourne dans tous les sens la question qui le déchire : comment pourrait-il être utile au monde, pour conclure qu'il devrait trouver un endroit et un métier auxquels se consacrer entièrement, avec amour, il choisit ainsi celui de prédicateur.
Lettre 126 : « …Par les ténèbres vers la lumière (…) C'est au cimetière que je préfère prendre la parole, parce que tous nous y foulons le même sol et que c'est là que nous nous en rendons compte. »
Il s'établit dans une région minière de Belgique, il donne sa maison, son lit, ses vêtements, sa nourriture aux miniers malades ; son affectation est suspendue pour cause de « passion excessive ». Il écrira à Théo. Lettre 133 : « Je suis un homme de passions, capable de faire des choses plus ou moins insensées dont il m'arrive de me repentir à moitié (…), j'ai une passion irrésistible pour les livres, une nostalgie pour la peinture et le besoin de manger mon pain (…). Mon tourment n'est autre que ceci : à quoi pourrais-je servir ? Comment être utile ? Comment en savoir plus long ? (…) je me dis que quelqu'un l'a écrit dans un livre ou fait dans un tableau (…) mais je me sens prisonnier de je ne sais quelle cage horrible sans savoir ce qui me mure… tu sais ce qui peut faire disparaître la prison : l'affection profonde, sérieuse, aimer… ; cela ouvre la prison grâce à un puissant envoûtement. Celui qui n'a pas cela demeure dans la mort. »
Un mois plus tard, Van Gogh se consacre corps et âme au dessin. Sa correspondance avec Theo est axée sur des réflexions sur l'art, sur ses progrès personnels, sur ses faux pas, ses amours et ses déceptions.
Lettre 233 : « L'art est un combat ; dans l'art il faut risquer sa peau. »
Lettre 237 : « Je n'approuve pas les principes et je ne les considère pas dignes s'ils ne se traduisent pas par des actions (…) Le sublime n'est pas un effet du hasard, il faut le vouloir vraiment… décider si au départ, les actions doivent conduire l'homme à ses principes ou si les principes le conduisent aux actions, c'est aussi indicible que cette histoire de l'œuf et de la poule. »
Lettre 256 : « Quand on est peintre, on doit s'abstenir de vouloir être autre chose dans la société que peintre, et faire abstraction de toutes ambitions sociales. »
Lettre 310 : « Je préfère quelques années de cette existence à de nombreuses années à en rêver et à la remettre toujours à plus tard ; donner la vie pour quelque chose (…), je crois pouvoir conclure que mon corps tiendra quand même le coup pendant quelques années, de six à dix ans. » (écrit 7 ans avant sa mort).
Il ne reniera pas sa position, il sera inflexible ; il se verra ainsi poussé plus d'une fois, non sans grande douleur, à louvoyer et à consommer sa rupture avec Theo, son seul interlocuteur et soutien financier, alors que celui-ci s'efforce de lui donner de « bons » conseils sur la façon de mener sa vie : c'est ainsi que se précipitera sa rupture avec Gauguin et avec elle, l'effondrement de son projet de former une petite société de peintres, effondrement qui l'entrainera vers la chute finale.
Lacan. L'éthique de la psychanalyse : « qu'est-ce que le désir ?, il ne peut que vous rappeler que réaliser votre désir s'envisage toujours depuis une perspective de condition absolue. » Qu'est-ce que cela implique ? Qu'il se produit, dans le désir en tant que condition absolue, un dessaisissement, une séparation de la demande de l'Autre. Van Gogh : « Le faucheur sera pour les Vingtistes si toutefois ils se souviennent de moi au moment donné, bien que pour moi ce serait pareil, voire préférable qu'ils m'oublient ».
Pendant ce temps-là ; Van Gogh et la sublimation.
Lacan reprend Freud : « la sublimation est la satisfaction de la tendance dans le changement de son objet – par l'articulation signifiante – sans répression ; il est implicite dans cette définition que le désir n'est rien d'autre que la métonymie du discours de la demande. » Lacan donne un exemple : « Il faut manger… le livre ». Van Gogh : « J'ai une passion pour les livres, une nostalgie pour la peinture et… le besoin de manger mon pain. »
Ce 'sans répression' est, au-delà d'un certain éclaircissement fourni par l'accent mis sur la métonymie, ce qu'il y a de plus énigmatique et problématique. Lacan, dans sa critique sur Bernfeld, met non seulement en évidence, qu'à son avis, il ne s'agit pas d'un transfert d'énergie de la libido objectale aux Ichziele, mais le critique aussi dans la mesure où en tant que Bernfeld « il n'arrive qu'à capter la sublimation en tant que corrélat de la répression. »
Lacan lit Freud : « Introduire le rôle du père comme primordial - à partir du mythe de Totem et Tabou, le Nom-du-Père dans sa fonction signifiante – représente une sublimation. »
Que le destin de cette mystérieuse sublimation soit, en dernier ressort, agir sur la répression n'est pas le paradoxe le moins frappant. (Si on pouvait faire valoir que le Nom-du-Père en tant que sublimation est 'dans le mythe', pourquoi ne pas penser que lui-même peut – ou pas – se recréer dans chacun d'eux ?). Si c'était le cas, qu'est-ce qui fait que le père assassin-assassiné du mythe se transmue en Nom-du-Père ? Freud parle d'ambivalence amour/haine. Si, grâce aux précisions de Lacan, nous savons où conduit l'amour-haine du narcissisme, nous devons en conclure que rien de sublime ne trouvera une issue ; pour qu'une succession mythique et ininterrompue d'assassin-assassiné s'arrête, il faut qu'à un moment surgisse quelque chose de différent, d'énigmatique, dans l'amour envers le père. Dans l''Éthique', Lacan affirme que l'amour courtois est le paradigme de la sublimation. C'est 'autre chose', ce n'est plus le Père, mais la Dame, celle qui est élevée par un amour, courtois, lequel se résiste de toutes parts à être inscrit dans les catégories de l'amour-haine narcissiques.
Van Gogh. Lettre 218 : « …que suis-je aux yeux des gens ? Une nullité, un homme désagréable, quelqu'un qui n'a pas de situation sociale et n'en aura jamais ; bref, un peu moins que rien. Bien, supposons que ce soit exactement le cas ; alors je veux montrer par l'intermédiaire de mon œuvre ce qu'il y a dans le cœur de cette nullité, de cet excentrique. Là est mon ambition et elle s'inspire moins de la rancœur que de l'amour (…) dans la maison ou le recoin les plus pauvres, je vois des tableaux, des dessins (…) je voudrais les faire de façon à ce qu'ils frappent certaines personnes. 'Sorrow' – un dessin – est un petit début, je voudrais exprimer une profonde douleur. »
Au-delà de l'éventuel « se faire voir » en montrant ce qu'il y a dans le cœur d'une nullité, coup après coup, tableau après tableau… il s'agit peut être d'une tentative de clore un circuit pulsionnel visant, comme Lacan le souligne dans son XIe séminaire, la motivation d'un 'nouveau sujet' ; nous voudrions souligner que cette 'ambition qui s'inspire moins de la rancœur que de l'amour', ce non-amour total envers certaines personnes se transformera ensuite en 'amour de l'art', même si, pour lui, l'art n'est pas l'amour total et le conduit à l'amertume après lui avoir fait perdre le 'véritable' amour (lié à une femme). Étrange position excentrique qui, dans les composantes de la tragédie, doit avoir contribué à élever une œuvre à une beauté sublime qui parvient à peine à dissimuler l'horreur.
Vincent Willem Van Gogh, peut-être sa plus grande ambition a-t-elle été de se défaire d'un nom – en le transformant en couleur (il lui est arrivé de signer un tableau en rouge parce qu'il voulait contraster avec le vert) ou en ne signant pas bon nombre de ses œuvres afin qu'elles soient reconnues d'un « simple coup d'œil » – ambition qui finira, paradoxalement, par le faire nommer durant un certain temps le premier peintre expressionniste.